Un taller de esperanza para niños en situación de calle

Por Rania Entifi

En el marco del Día Internacional de los Niños y Niñas en Situación de Calle, celebrado cada año el 12 de abril, el centro de solidaridad El Faro en Tánger organizó una serie de talleres que tocaron profundamente a los niños y adolescentes que participaron.

El pasado viernes 11 de abril, en una luminosa sala del centro de día El Faro 1, el silencio se rompía con las voces atentas de niños que, durante un instante, dejaban atrás el ruido de la calle para entrar en el universo de un cuento. Esta vez, el protagonista era un elefante — enorme, fuerte, pero atado a una pequeña estaca desde su infancia—. El relato, conocido como El elefante encadenado del escritor Jorge Bucay, fue el eje central de un taller impartido a niños en situación de calle en esta ciudad del norte de Marruecos.

El taller fue una propuesta emocional y pedagógica dirigida por la profesora de educación especial Beatriz López con el apoyo del director de cine documental Javier Extremera, y adaptado al árabe marroquí por la escritora Rania Entifi, para que cada niño pudiera no solo entender, sino también sentir la historia en su lengua materna.

Este espacio no fue solo una actividad lúdica: fue una invitación a la reflexión profunda. En el cuento, el elefante no escapa de la estaca no porque no pueda, sino porque ha crecido creyendo que no es capaz. “Ese elefante somos muchas veces nosotros”, dijo Beatriz a los niños con dulzura. “Pero vosotros hoy, podéis empezar a preguntaros qué cadenas invisibles os detienen… y cómo soltarlas.”

El taller se enmarca en una serie de actividades que tienen como objetivo despertar la imaginación, la empatía y el pensamiento crítico en menores que han enfrentado el abandono, la pobreza y la violencia estructural. A través del cuento, los niños no solo se identificaron con el elefante, sino que compartieron emociones y recuerdos propios, algunos por primera vez. Uno de ellos, de 14 años, escribió: “Yo también pensé que no podía, que no tenía fuerza. Pero ahora sé que lo tengo que intentar.”

Después de su primera sesión en El Faro 1 —centro que durante el día ofrece protección y acompañamiento a niños en situación de calle—, el taller fue llevado a la Casa Familia Guadalupe, el hogar donde ahora viven algunos de esos mismos niños, acompañados por un equipo de educadores. Allí, la experiencia cobró una dimensión aún más profunda. Tras ver la adaptación audiovisual del cuento, el debate entre los niños y adolescentes duró más de una hora. Estaban fascinados, conmovidos, tocados.

Uno de los chicos, con una claridad desarmante, gritó: “¡Esa cadena a la que el elefante estaba atado es la drogadicción que nos mataba cuando vivíamos en la calle!”

Otro respondió: «Para mí, esa cadena es la complejidad de la vida.”

De pronto, aquellos niños, hasta hace poco invisibilizados y marcados por la marginalidad, hablaban como personas sabias, con una lucidez poco común incluso en los adultos. No era solo un cuento; era un espejo. Era la posibilidad de resignificar su historia.

Desde una mirada sensible pero firme, este taller apunta a algo más profundo: la reconstrucción de la autoestima y la conciencia de posibilidad. “Cuando los niños cuentan, escuchan y se ven reflejados en una historia, empiezan a imaginar otros finales para sus propias vidas”, explica Javier Extremera, quien documenta parte del proceso con el respeto que exigen las historias reales.

El centro El Faro 1, creado recientemente en el corazón de Tánger, se ha convertido en un refugio de humanidad. Aquí no se ofrecen soluciones mágicas, pero sí espacios seguros donde la escucha y el apoyo son herramientas de transformación.

A continuación, Beatriz López y Javier Extremera propusieron un segundo taller: un “Vision Board”. Con tijeras y revistas sobre la mesa, cada niño debía buscar imágenes que representaran sus sueños, intereses y aspiraciones. La consigna era simple pero poderosa: «¿Cómo te imaginas tu futuro?”

Lo que siguió fue profundamente conmovedor. Uno de los niños eligió la foto de un microscopio y dijo con orgullo: «Yo quiero ser investigador».  

Otro, sosteniendo una imagen de un mapa, afirmó: “Quiero estudiar los orígenes de la gente del norte de África. Quiero ser científico de eso.”

Aquel ejercicio sencillo, hecho con papel y collage, se convirtió en un portal hacia el futuro. Fue un momento de seriedad luminosa: los niños pensaron en su porvenir con madurez, pero también con alegría, sin miedo. Porque por primera vez, algunos estaban visualizando un mañana que parecía posible.

Desde una mirada sensible pero firme, estos talleres apuntan a algo más profundo: la reconstrucción de la autoestima, la posibilidad de soñar y el derecho a imaginarse un destino diferente. “Cuando los niños cuentan, escuchan, se ven reflejados en una historia y luego se atreven a proyectarse en el futuro, empiezan a escribir otros finales para sus propias vidas”, dice Javier Extremera.

El sábado 12 de abril, las actividades continuaron con una propuesta artística diferente: un taller de Land Art impartido por la artista Sanae Alami. Usando elementos de la naturaleza — los niños trabajaron en la creación colectiva de una mandala. No se trataba de competir sino de colaborar.

Cada uno tenía la responsabilidad de construir una parte de esa figura simbólica, y poco a poco, entre risas, silencio y concentración, se tejió un espíritu de equipo auténtico. La mandala, símbolo ancestral de equilibrio, armonía y totalidad, se convirtió también en un reflejo de lo que estos niños, muchas veces fragmentados por la dureza de la vida, pueden crear juntos.

La actividad duró varias horas y fue profundamente disfrutada por todos. Los rostros reflejaban tranquilidad, orgullo y conexión con el entorno. Era una manera de sanar, desde el arte y desde la tierra.

Al finalizar el día, Beatriz y Javier propusieron una última dinámica: un juego colectivo de balón prisionero. Aunque simple, este juego clásico permitió reforzar la cooperación, el compañerismo y la descarga emocional positiva. Los niños se entregaron con entusiasmo, rieron, corrieron, se animaron unos a otros. Fue una experiencia de liberación emocional: una válvula de escape para tantas tensiones acumuladas.

Desde una mirada sensible pero firme, este conjunto de talleres apunta a algo más profundo: la reconstrucción de la autoestima, el derecho a soñar y la posibilidad de sentir que se pertenece a algo más grande que uno mismo. “Cuando los niños cuentan, crean, juegan y se proyectan, están empezando a construir los cimientos de un futuro distinto”, dice Javier Extremera, director de cine documental.

Horarios de Semana Santa 2025

¿Vives en el norte de Marruecos, o estás de turismo en Semana Santa, y deseas participar en las celebraciones religiosas de estos días?

Aquí tienes los horarios de las parroquias y centros de culto de la Archidiócesis de Tánger. Una imagen para cada lugar: Tánger, Tetuán, Alhucemas, Nador, Asilah, Larache, Mdiq.

La juventud se prepara para la Pascua

En los últimos fines de semana, los jóvenes cristianos de la diócesis se han reunido en las distintas zonas para realizar jornadas de retiro cuaresmal. Han sido diversos momentos con algunos denominadores comunes: tiempo para ir en profundidad sobre las verdades de la fe, en una dimensión formativa y espiritual; espacio de reflexión personal y de compartir en grupos las propias experiencias; ocasión para vivir juntos los sacramentos de la eucaristía y la reconciliación; momento de convivencia y de confraternización.

El sábado 22 de marzo, en la capilla de San Francisco, de Mdiq, se reunieron una veintena de jóvenes de Tetuán, Martil y Mdiq. El título del retiro fue: “La Cuaresma: tiempo de conversión y esperanza que Dios nos ha dado”, y contó con la presencia del P. Jean-Baptiste Kashaba Makiro, ofm y Rolando Ruiz, sx, que profundizaron el significado del tiempo cuaresmal y del Jubileo que vive la Iglesia universal en este año.

La parroquia de San José de Alhucemas acogió el sábado 29 de marzo a algo más de veinte jóvenes de esa ciudad y de Nador. El P. Thaddée Musas Kapend, ofm centró su predicación sobre la santidad y la esperanza. Hubo también tiempo especial de oración e intimidad con el Señor durante la adoración eucarística.

Los jóvenes católicos de la ciudad de Tánger se reunieron el domingo 30 de marzo en la Parroquia de Notre Dame de l’Assomption, con la presencia también de los jóvenes de la catedral. En total, unas cincuenta personas. Después de la misa, el P. Natale Fiumanó, ofm, explicó el contenido del mensaje del papa para la cuaresma de este año y algunos puntos de la Exhortación Christus vivit, posterior al Sínodo sobre los jóvenes.

En palabras de los mismos jóvenes, han sido momento de renovación espiritual para todos. Que la oración y la puesta en práctica de lo escuchado y vivido fructifique en la vida de estos jóvenes para avanzar con fe y esperanza en el camino hacia la Pascua.

Fiesta grande en Tánger por los 50 años de Cruz Blanca

Ayer 27 de marzo, coincidiendo exactamente con el medio siglo de aprobación canónica de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca, ha tenido lugar una eucaristía de acción de gracias en la Catedral de Tánger, en la ciudad que los vio nacer. Estaban presentes unos 25 hermanos y alrededor de 150 personas, entre trabajadores, voluntarios, usuarios de la casas familiares y centros de toda España.

Todas estas personas, junto a una amplia representación de la comunidad cristiana de Tánger y de otras ciudades de la diócesis, han cabido en la Catedral de la Inmaculada Concepción y el Espíritu Santo; no así la alegría y la emoción por este 50º aniversario, que desbordaba en los corazones de los presentes y más allá de los muros del templo.

Durante la celebración, se produjo también la renovación de votos del Hno. Isidoro Macías, compañero de camino del Hermano Fundador desde sus inicios, que cumplía 50 años de profesión religiosa, y de los hermanos Mario Suárez y Pedro Hernández, con sus 25 años de profesión.

La eucaristía fue presidida por Fr. Emilio Rocha, ofm, arzobispo de Tánger, quien, en su homilía, recordó los inicios de la orden en esta tierra y el camino trazado por su fundador, Hno. Isidoro Lezcano: “Alguien que tenía un corazón generoso en el que anidaba el deseo ardiente y apasionado de servir a los enfermos y a las personas más vulnerables”. Fr. Emilio, evocando la respuesta del Hno. Isidoro a las palabras del evangelio de San Mateo ‘tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber…’, recordó cómo el fundador se encontró “con otros jóvenes entusiasmados por seguir a Jesucristo, amando sin medida, de manera sencilla y cercana, creando familia y viviendo por y para los que viven en las periferias existenciales, las personas más vulnerables y excluidas”. Dirigiéndose en particular a los hermanos de Cruz Blanca presentes, les decía también: “Toda esta historia nos habla de amor, y vosotros estáis hoy aquí por amor».

El Hno. Luis Miguel Martell, Superior General, al final de la misa, expresó su agradecimiento por todo el bien recibido en estos 50 años, recordando especialmente al que fue arzobispo de Tánger, Carlos Amigo, que los acompañó en los inicios de la fundación, así como todas las personas de la familia Cruz Blanca que cada día ofrecen su vida por las personas más necesitadas. Éstas son las verdaderas protagonistas: “Entendemos que cada persona que acogemos lleva consigo su propia historia, que nos abre las puertas de su vida y su corazón, que nos permite que nos acerquemos a ella, que nos permite entrar en su realidad. Y es desde ese lugar donde atendemos donde descubrimos la belleza del rostro de Cristo», decía el Hno. Luis Miguel.

La alegría de esta fiesta continuó durante la cena en el claustro de la catedral, en un ambiente de familia y fraternidad.


50 años de CASA Y FAMILIA

Este es el lema de la celebración de los 50 años (1975-2025) de la aprobación canónica de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca.

La misión de esta entidad de la Iglesia Católica es colaborar en la construcción de una sociedad más justa y fraterna ofreciendo espacios en los que se promueva, defienda, cuide y celebre la vida facilitando el desarrollo integral de aquellas personas más vulnerables. Esta labor se ha ido realizando durante más de 50 años en la ciudad de Tánger, ya que la primera casa que abrieron fue en 1969: un piso de los edificios de la Terraza Renschhausen para acoger a un grupo de personas mayores en situación de dependencia y falta de recursos.

El día 27 de marzo de 1975, jueves santo, día de la caridad fraterna, el entonces arzobispo de Tánger, Carlos Amigo, firmó la aprobación canónica de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca.

Años más tarde ampliaron su solidaridad instalándose en el Zoco Chico de la medina de Tánger, acogiendo a chicos con discapacidad, niños y adolescentes en situación de exclusión social.

En el año 2007 se abriría un dispensario médico y asistencial que más tarde se trasladó al barrio de Josafat y también en el mismo edificio un proyecto denominado Al Basma, con el fin de llevar a cabo una labor educativa con niños y adolescentes en situación de pobreza y vulnerabilidad. Los Hermanos Franciscanos también colaboraron con las actividades de la Catedral, concretamente con la Pastoral Penitenciaria, visitando a los presos españoles que se encontraban en la cárcel, así como en un proyecto de trata de personas con la Delegación Diocesana de Migraciones.

Los Hermanos de Cruz Blanca se sienten muy agradecidos por la acogida que siempre han tenido en esta ciudad y también en la de Alhucemas, donde actualmente existe un centro de día y ocupacional. Su reconocimiento se extiende a todas las personas que han tenido contacto con los diferentes centros, con la voluntad de seguir estando al lado de las personas que más lo necesitan. Su historia ha sido posible gracias también a las distintas Autoridades de Marruecos que los han ayudado y acompañado para que pudieran estar presentes en estas dos ciudades, conviviendo desde lo que les une: la cultura de la paz y el deseo de un mundo más solidario.

2ª Asamblea General de la Vida Consagrada en Marruecos

Ha tenido lugar en Rabat del 24 al 26 de marzo la Asamblea General de la COVICOMA, es decir, la Conferencia de la Vida Consagrada en Marruecos.

Esta instancia tomó forma hace dos años, con la primera asamblea, como instrumento al servicio de las ordenes religiosas e institutos de vida consagrada presentes en el país, a través de los superiores mayores o de representantes suyos si éstos residen fuera de Marruecos.

En esta ocasión, se han reunido en la casa Notre Dame de la Paix 45 personas de 32 congregaciones presentes en Marruecos, entre ellas, los tres monasterios existentes de vida contemplativa (clarisas, carmelitas y cistercienses).  También participaron dos personas provenientes de Túnez, de la COSMADT (estructura equivalente de este país) que tiene un recorrido de más de un decenio. Durante la asamblea participaron además el cardenal arzobispo de Rabat, Cristóbal López, y el arzobispo de Tánger, Fr. Emilio Rocha, ofm. El nuncio del papa Francisco en Marruecos, Mons. Alfred Xuereb, se hizo presente en la eucaristía y comida del último día.

El programa de esta asamblea contemplaba hacer balance de los dos años anteriores, en base a las prioridades marcadas; reflexionar sobre los desafíos para la vida religiosa en Marruecos en el contexto actual, social y eclesial, de Marruecos, a fin de poder identificar nuevos objetivos de trabajo; elegir los miembros del nuevo secretariado de la COVICOMA para los próximos dos años.

Después de las elecciones, el nuevo equipo ha quedado formado así:  Fr. Stéphan Delavelle, ofm, de Rabat (presidente); Hna. Celina Luz María Pérez, esclava de la Inmaculada Niña, de Nador (vicepresidenta); Hna. Isidora Ahannougbe, oblata catéchiste petites servantes des pauvres, de Casablanca; Piotr Woiny, salesiano, de Kenitra.

Para todos los presentes, además de unos días de trabajo, la asamblea ha supuesto una ocasión de convivencia y confraternización entre los diversos carismas presentes, con oportunidades de conocer mejor las obras y las iniciativas que llevan adelante las órdenes religiosas e institutos de vida consagrada para hacer avanzar el Reino de Dios en esta tierra de Marruecos.

Iftar en el claustro de la catedral

El domingo 23 de marzo se realizó un Iftar de Ramadán organizado por el Centro Marroquí para la Tolerancia y el Diálogo Interreligioso y la Fundación Adam para la Fraternidad Humana, que tuvo lugar en las dependencias del Arzobispado de Tánger, concretamente en el claustro.

Además de representantes de las asociaciones organizadoras, de las autoridades civiles y algunos amigos musulmanes, participó también Fr. Emilio Rocha, ofm, arzobispo de Tánger, con otros fieles cristianos de la ciudad de Tánger y miembros de algunas comunidades religiosas. En total, aproximadamente unas cincuenta personas.

Con un espíritu de fraternidad y benevolencia entre todos los presentes, se asistió a la llamada a la oración y a la ruptura del ayuno. La velada del iftar fue amenizada por algunos cantos cristianos y musulmanes, entonados respectivamente por aspirantes franciscanas misioneras de la Inmaculada Concepción y por sufíes de diversas cofradías.

Fr. Emilio Rocha pudo hacer entrega a los organizadores del Iftar el mensaje a los musulmanes del Dicasterio para el Diálogo con motivo del Ramadán y Eid al-Fitr 1446 E, que lleva por título “Cristianos y musulmanes: lo que esperamos llegar a ser juntos”  (enlace al mensaje en diversas lenguas)

El año pasado ya tuvo lugar una iniciativa similar de intercambio interreligioso, coincidiendo parcialmente, como este año, la cuaresma y el ramadán. Momentos como estos permiten establecer lazos, conocerse y crecer en la estima reciproca.

Fiesta jubilar de San José en Alhucemas

El miércoles 19 de marzo, solemnidad de San José, esposo de la Virgen María, fue fiesta grande para la comunidad cristiana de Alhucemas, ya que la parroquia de esta ciudad está dedicada al patrón de la Iglesia Universal y en esta fecha, además, ha sido declarado templo jubilar por nuestro arzobispo, en este año del Jubileo de la esperanza.

La eucaristía se celebró a las 18.30h, concelebrada por los religiosos trinitarios junto a su padre provincial, Pedro Aliaga, que visita en estos días la comunidad. Participaron en la misa estudiantes subsaharianos y algunos emigrantes, iniciando la celebración desde el exterior del templo, para cruzar la puerta como signo de penitencia.

Un Consejo Pastoral muy participativo

Esta es una de las impresiones generales de la reunión del Consejo Pastoral Diocesano que tuvo lugar el pasado sábado 15 de marzo en Tánger. Cabe destacar que es la primera reunión de este órgano consultivo que ayuda al obispo en la guía pastoral de la diócesis desde que inició su ministerio episcopal Fr. Emilio Rocha Grande, ofm. Después de tomar conocimiento del territorio y la realidad diocesana y de la elaboración sinodal del Plan Diocesano Pastoral a lo largo del curso pasado, la convocatoria del Consejo Pastoral es un paso más de nuestra Iglesia local en este tiempo presente.

La reunión, de hecho, comenzó con un momento de oración sobre la comunión y la unidad de todos los que caminamos juntos como Iglesia que peregrina en el norte de marruecos, tal y como propone el lema del Plan Pastoral.

La treintena de participantes se presentaron a continuación, explicando de dónde provenían y qué ámbito pastoral o territorio representaban. Con esta base de conocimiento mutuo, Fr. Emilio, arzobispo de Tánger, realizó una introducción al Plan Pastoral, instrumento que nos guiará en los próximos años, relacionando los cinco objetivos del Plan entre sí y cada uno con el resto: celebración, comunión, acogida, discipulado y testimonio.

En reunión plenaria, se trató en un primer momento, temas de interés general, como el enfoque de salvaguarda de las personas implementado en la archidiócesis de Tánger. Después de una pausa-café, se abordaron otros temas del Plan Pastoral, como la cuestión del voluntariado que nos visita, especialmente en ciertos periodos del año, para poder atender mejor esta experiencia enriquecedora para todas las partes, y también el tema de la formación. En este campo, el diálogo versaba no solo sobre la formación catequética o catecumenal, de iniciación a la fe cristiana, sino de la formación continua de todos los miembros del Pueblo de Dios, como eje transversal para que cada uno, en su ámbito, pueda seguir avanzando.

El intercambio de opiniones, propuestas y perspectivas fue muy participativo: se apreciaba el interés de todos en los temas tratados y el deseo de compartir ideas y caminar juntos.

Para acabar, se dio un momento final de informaciones de actualidad por parte del arzobispo y una oración final para dar gracias a Dios por todo lo vivido. Una comida fraterna entre todos puso el punto final a esta reunión del Consejo Pastoral, que se reunirá de nuevo en otoño.

Un rastro de esperanza tras la nave Bel Espoir

(En français, ci-dessous)

Viendo los rostros de los 25 jóvenes de 14 países protagonistas de la primera etapa de MED25 que les ha llevado hasta Tetuán, se puede decir que esperanza, compromiso y amistad forman la estela que ha dejado en sus vidas la experiencia vivida en la nave Bel Espoir.

Y este mismo mensaje de paz y esperanza es el que han compartido con ellos otros jóvenes estudiantes subsaharianos y marroquíes, presentes en las actividades realizadas el 13 de marzo en la ciudad de Tetuán, así como otros colectivos ceutíes el día anterior en la ciudad autónoma.

¿Cómo nace MED25 Bel Espoir?

Se trata de un proyecto inspirado en el espíritu de los Encuentros Mediterráneos. Empezaron en Bari (2020), y continuaron en otras ciudades del Mare Nostrum: Florencia (2022), Marsella (2023) y Tirana (2024). En este 2025 no será una ciudad costera la que acoja una convención de este estilo. Cambiando totalmente el formato, será una nave escuela llamada “Bel Espoir”, es decir, “Hermosa esperanza” la que cruzará el Mediterráneo conectando todas sus orillas, de marzo a octubre de 2025, con ocho rutas diferentes, ocho temáticas distintas y ocho grupos de unos 25 jóvenes diversos en cada viaje.

El primer capítulo de esta navegación empezó en Barcelona, atracó en Ceuta y, ya por tierra, llegó hasta Tetuán. (Más información, en MED25 Bel Espoir: Un barco escuela por la paz)

Diálogo de culturas

Esta ha sido la temática profundizada tanto en los días de navegación, como durante la estancia en Ceuta y Tetuán.

El martes 11 de marzo, ya en Ceuta, los jóvenes del Bel Espoir realizaron una visita a la puerta califal de la ciudad y por la tarde fueron recibidos por las autoridades de la ciudad autónoma en un iftar organizado por la Fundación Premio Convivencia y la ONG Luna Blanca de la comunidad musulmana.

Al día siguiente, visitaron cuatro centros de culto de las cuatro culturas que acoge la ciudad de Ceuta: la mezquita Sidi Embarek, el santuario de Nuestra Señora de África, la sinagoga Bet-El y el templo hinduista del lugar. Por la tarde, en la Biblioteca Pública Adolfo Suárez participaron en un espacio de diálogo en grupos, con otros jóvenes ceutíes de estas diversas tradiciones religiosas, sobre las siguientes cuestiones: ¿Cuál es mi cultura en relación con el Mediterráneo? ¿Cómo nos planteamos los jóvenes trabajar por la Paz en el Mediterráneo y en el mundo, según nuestras culturas?

En la Biblioteca Pública de Ceuta

A continuación, de nuevo en el Santuario de Nuestra Señora de África, el Vicario episcopal D. Francisco J. Fernández Alcedo, transmitió a los jóvenes del Bel Espoir el mensaje del obispo de Cádiz y Ceuta, Mons. Rafael Zornoza, que por imprevistos de última hora no pudo asistir al acto como tenía previsto.

En el Santuario de Nuestra Señora de África

El jueves 13 de marzo la inmersión en la cultura marroquí comenzó con una visita guiada a la medina de Tetuán, heredera de la huella hispana tanto en el pasado lejano del siglo XV como en el reciente del siglo XX. Por la tarde, en el Centro Lerchundi de Tetuán, junto a otros jóvenes y adultos, marroquíes y de otros países africanos, participaron en una conferencia-coloquio por parte del profesor de la Universidad de Oujda y del Instituto Ecuménico de Teología Al Mowafaqa, Rachid Saadi, y del también profesor de Al Mowafaqa, Christophe Roucou,  sobre la interculturalidad y sus fundamentos antropológicos. A continuación, en un diálogo muy animado, los jóvenes, en grupos, intercambiaron sus impresiones sobre todo lo escuchado, compartiendo lo que había suscitado en cada uno de ellos.

Diálogo en grupos

El diálogo intercultural se puso en práctica también en un momento de oración interreligiosa por la paz, a través de unos cantos cristianos y de unas poesías místicas cantadas por algunos miembros sufíes de la Tariqa Alawiya.

El iftar puso el punto y final a esta jornada en Tetuán, momento para seguir compartiendo impresiones, dialogando y celebrando este intercambio tan vital entre culturas ribereñas del Mar Mediterráneo.

Iftar en el claustro del Centro Lerchundi de Tetuán

En primera persona

Como muestra un botón, algunas impresiones personales de tres de los jóvenes navegantes del Bel Espoir:

  • Silvia Khela, de Egipto: Creo que el viaje y el tema me han hecho reflexionar interiormente y conocerme mejor. Creo que voy a regresar a casa con nuevas perspectivas personales y de mi país, así como con aprendizajes sobre otras culturas y sobre desafíos en la región que nunca había pensado. Cada vez siento más que pertenezco a esta región del mundo y tengo más motivación para construir puentes y unir a las personas.
  • Romain Teste, de Francia: Antes de partir, uno se imagina esto como una aventura, algo que puede cambiarte, algo más grande. Pero, en realidad, no es algo más grande… Es algo muy pequeño. Algo pequeño que cobra sentido a través del encuentro con el otro. Ha sido como lanzarme de cabeza a un proyecto que sentía como una prioridad: comprometerme con la paz por encima de todo. Ser peregrino de este amor que quiero compartir con el mundo, y darme cuenta de que esta es una forma de vivirlo.
  • Job Casas, de Caserres (Barcelona): Hablando una sola hora con una persona de un país, aprendes más de ese país que todo lo que sabías antes de ese lugar. Y con las religiones y las culturas pasa lo mismo. Porque de esta manera, el conocimiento pasa a través de la experiencia personal. Este es uno de los aprendizajes que me llevo. Y ahora, llegando al final de este viaje, me siento lleno de esta experiencia y ahora es el momento de darlo a todos los demás, para esparcir la semilla que se ha ido cultivando estos días a bordo del velero.

UNE TRACE D’ESPOIR DERRIÈRE LE NAVIRE BEL ESPOIR

En regardant les visages des 25 jeunes de 14 pays qui ont participé à la première étape de MED25 qui les a amenés à Tétouan, on peut dire que l’espoir, l’engagement et l’amitié constituent la trace laissée dans leur vie par leur expérience sur le bateau Bel Espoir.

Et c’est ce même message de paix et d’espoir que partagent avec eux d’autres jeunes étudiants subsahariens et marocains, présents aux activités organisées le 13 mars dans la ville de Tétouan, ainsi que d’autres groupes de Ceuta la veille dans la ville autonome.

Comment est né MED25 Bel Espoir ?

C’est un projet qui s’inspire de l’esprit des Rencontres Méditerranéennes. Elles ont commencé à Bari (2020), et se sont poursuivies dans d’autres villes de la Mare Nostrum : Florence (2022), Marseille (2023) et Tirana (2024). En 2025, ce ne sera pas une ville côtière qui accueillera une telle convention. Ce sera un navire-école appelé « Bel Espoir » qui traversera la Méditerranée, reliant toutes ses rives, de mars à octobre 2025, avec huit itinéraires différents, huit thèmes différents et huit groupes d’environ 25 jeunes différents à chaque voyage.

Le premier chapitre de ce voyage est parti de Barcelone, a accosté à Ceuta et, par voie terrestre, a atteint Tétouan (plus d’informations dans MED25 Bel Espoir : Un navire-école pour la paix).

Dialogue des cultures

C’est le thème qui a été exploré tant pendant les journées en mer que pendant le séjour à Ceuta et à Tétouan.

Le mardi 11 mars, déjà à Ceuta, les jeunes du Bel Espoir ont visité la porte du califat de la ville et, dans l’après-midi, ils ont été reçus par les autorités de la ville autonome lors d’un iftar organisé par la Fondation Premio Convivencia et l’ONG Luna Blanca de la communauté musulmane.

Le lendemain, ils ont visité quatre lieux de culte des quatre cultures que la ville de Ceuta abrite : la mosquée Sidi Embarek, le sanctuaire de Notre-Dame d’Afrique, la synagogue Bet-El et le temple hindou local. L’après-midi, à la bibliothèque publique Adolfo Suárez, ils ont participé à une discussion de groupe avec d’autres jeunes de Ceuta issus de ces différentes traditions religieuses sur les questions suivantes : quelle est ma culture par rapport à la Méditerranée, comment nous, les jeunes, œuvrons-nous pour la paix en Méditerranée et dans le monde, en fonction de nos cultures, et comment pouvons-nous œuvrer pour la paix en Méditerranée et dans le monde, en fonction de nos cultures ?

Puis, toujours dans le Sanctuaire de Notre-Dame d’Afrique, le Vicaire épiscopal, Francisco J. Fernández Alcedo, a transmis aux jeunes de Bel Espoir un message de l’évêque de Cadix et Ceuta, Rafael Zornoza, qui n’a pas pu assister à l’événement comme prévu en raison d’un imprévu de dernière minute.

Le jeudi 13 mars, l’immersion dans la culture marocaine a commencé par une visite guidée de la médina de Tétouan, héritière de l’empreinte hispanique tant dans le lointain passé du XVe siècle que dans le récent XXe siècle. L’après-midi, au Centre Lerchundi de Tétouan, avec d’autres jeunes et adultes, marocains et d’autres pays africains, ils ont participé à une conférence-colloque donnée par Rachid Saadi, professeur à l’Université d’Oujda et à l’Institut œcuménique de théologie Al Mowafaqa, et Christophe Roucou, également professeur à Al Mowafaqa, sur l’interculturalité et ses fondements anthropologiques. Ensuite, dans un dialogue très vivant, les jeunes, par groupes, ont échangé leurs impressions sur ce qu’ils avaient entendu, partageant ce qu’ils avaient entendu en chacun d’eux.

Le dialogue interculturel a également été mis en pratique dans un moment de prière interreligieuse pour la paix, à travers des chants chrétiens et des poèmes mystiques chantés par quelques membres soufis de la Tariqa Alawiya.

L’iftar a clôturé la journée à Tétouan, un moment pour continuer à partager des impressions, à dialoguer et à célébrer cet échange vital entre les cultures qui bordent la mer Méditerranée.

A la première personne

Voici quelques impressions personnelles de trois des jeunes marins du Bel Espoir :

  • Silvia Khela, d’Egypte : Je pense que le voyage et le thème m’ont permis de réfléchir intérieurement et de mieux me connaître. Je pense que je rentrerai chez moi avec de nouvelles perspectives sur moi-même et sur mon pays, et que j’aurai découvert d’autres cultures et d’autres défis dans la région auxquels je n’avais jamais pensé auparavant. J’ai de plus en plus le sentiment d’appartenir à cette région du monde et je suis plus motivé pour construire des ponts et rapprocher les gens.
  • Romain Teste de France : Avant de partir, on imagine que c’est une aventure, quelque chose qui peut nous changer, quelque chose de plus grand. Mais en réalité, ce n’est pas quelque chose de plus grand… C’est quelque chose de tout petit. Quelque chose de petit qui prend sens dans la rencontre avec l’autre. C’est comme si je m’étais lancé à corps perdu dans un projet qui me semblait prioritaire : m’engager pour la paix avant tout. Être pèlerin de cet amour que je veux partager avec le monde, et réaliser que c’est une façon de le vivre.
  • Job Casas, de Caserres (Barcelone) : En parlant pendant une heure avec une personne originaire d’un pays, vous en apprenez plus sur ce pays que tout ce que vous saviez auparavant sur cet endroit. Il en va de même pour les religions et les cultures. C’est ainsi que la connaissance passe par l’expérience personnelle. C’est l’une des leçons que je retiens. Et maintenant, à la fin de ce voyage, je me sens plein de cette expérience et il est temps de la donner à tout le monde, de répandre la graine qui a été cultivée ces jours-ci à bord du voilier.

MED25 Bel Espoir: Un barco escuela por la paz

El próximo 13 de marzo visitarán Tetuán el grupo de 25 jóvenes comprometidos con la paz, de diversas religiones y países de proveniencia, que forman parte de la primera etapa de la iniciativa MED25 – Bel Espoir.

Se trata de un proyecto inspirado en el espíritu de los Encuentros Mediterráneos de Bari (2020), Florencia (2022), Marsella (2023) y Tirana (2024). Consiste en que el buque escuela llamado “Bel Espoir” (Hermosa esperanza) cruzará el Mediterráneo conectando todas sus orillas, de marzo a octubre de 2025. A lo largo de estos meses, ocho grupos de veinticinco jóvenes de diversas nacionalidades, culturas y religiones vivirán una experiencia formativa y de intercambio en torno a 8 temáticas:

  1. Diálogo de culturas
  2. Educación y sociedad
  3. Mujeres en el Mediterráneo
  4. Religiones en diálogo
  5. Medioambiente y desarrollo
  6. Desafíos migratorios
  7. Cristianismo oriental y occidental
  8. Construyendo la paz
© MED25 Bel Espoir – Barco y tripulantes en el puerto de Barcelona

La primera etapa empezó en Barcelona el día 1 de marzo, con un programa que se desarrolló en la ciudad en varios días y después el barco zarpó el pasado martes 4 de marzo, rumbo a Ceuta. Aunque la llegada a la ciudad autónoma estaba prevista para el día 11, el barco atracó en el puerto el pasado sábado día 8 de marzo, a causa de la climatología de la semana pasada.

El Bel Espoir en el puerto de Ceuta

Las actividades en Ceuta de manera oficial  empiezan mañana martes, con una visita a la puerta Califal de la ciudad y el iftar de bienvenida, con las autoridades de la ciudad y jóvenes locales de diferentes religiones

A lo largo del miércoles 12 se realizará un programa intercultural e interreligioso, junto a jóvenes cristianos, judíos, musulmanes e hindúes de la ciudad de Ceuta, visitando lugares de culto de estas cuatro religiones.

El jueves 13 de marzo los jóvenes del buque Bel Espoir visitarán la ciudad de Tetuán. Por la mañana conocerán la antigua medina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fr. Emilio Rocha Grande, ofm, arzobispo de Tánger compartirá con los jóvenes la comida y podrán visitar la Iglesia de Nuestra Señora de las Victorias, así como conocer a la fraternidad franciscana del lugar.

A primera hora de la tarde tendrá lugar un coloquio-conferencia con los profesores Rachid Saadi y Christophe Roucou sobre la interculturalidad, momento seguido de diversos espacios de debate entre los jóvenes y una oración interreligiosa, con la participación también de jóvenes marroquíes y subsaharianos residentes en Tetuán. Al final todos ellos compartirán un iftar y un espacio festivo, con cantos y bailes de sus propias culturas.

Después de esta experiencia, los jóvenes del Bel Espoir regresaran al barco, anclado en la ciudad de Tetuán, dispuestos a proseguir su ruta al día siguiente hacia el puerto de Málaga.