Fray Emilio Rocha Grande, ofm, arzobispo de Tánger, comunica que próximamente se ausentará de la archidiócesis por someterse a una intervención quirúrgica de prótesis de cadera, que estaba esperando desde hace dos años.
Por este motivo y a partir del día 6 de mayo 2024, será el vicario general, P. Manuel Cánovas García, osst, quien ejercerá la potestad ejecutiva que pertenece al obispo diocesano, según lo indicado en el Código de Derecho Canónico.
Como Iglesia archidiocesana de Tánger, nos unimos en oración por la próxima operación de nuestro pastor y por su pronta recuperación, así como por sus intenciones personales y pastorales.
En este año, del 8 al 15 de septiembre, se celebrará en Quito, Ecuador, este evento mundial, en su edición número 53, bajo el lema «Fraternidad para sanar el mundo». Como representante de la CERNA, es decir, de las Iglesias locales del norte de África, asistirá Sor Gosia Jablonska, fmm. A través de esta entrevista, podemos conocer más y tomar conciencia de lo que suponen estos Congresos.
(Actualités en français ci-dessous)
Sor Gosia Jablonska, fmm
En primer lugar, ¿podría decirnos brevemente quién es, dónde vive y cuál es su misión? Me llamo Gosia Jablonska. Soy religiosa franciscana misionera de María (FMM). Llevo en el norte de África desde 2001. Primero fui destinada a Libia, donde estuve unos años, y luego a Egipto para estudiar árabe e islamología. Actualmente estoy en Argelia desde 2008. Como consejera provincial durante 10 años, también he conocido muy bien la situación en Túnez y Marruecos.
Mi misión actual con el equipo del CCU (Centre Culturel Universitaire) de Argel es acoger a jóvenes estudiantes y profesionales argelinos en nuestras bibliotecas para realizar actividades educativas, culturales y artísticas. Este espacio, abierto a todos, nos brinda la oportunidad de crecer en apertura mutua y de permitir a los jóvenes expresar su creatividad y su sed de sentido.
También estoy comprometida con los habitantes del barrio popular de Hussein Dey donde vivo y donde se encuentran la comunidad y la parroquia.
En pocas palabras, ¿puede decirnos qué significa para usted la Eucaristía y si el hecho de vivir en un país musulmán ha influido en su visión de la Eucaristía? Para mí, la Eucaristía es la presencia de Cristo. En este país musulmán en el que vivo desde hace varios años, la pregunta, basada en mi propia experiencia, es: ¿cómo está Cristo presente, vivo y visible aquí? En mi vida cotidiana puedo constatar que Cristo va más allá de la misa y de la adoración del Santísimo Sacramento; está ya ahí, como presencia eucarística en la vida de cada persona que encuentro y en cada situación que vivo. Para mí, esta presencia del Viviente para cada persona y en cada persona es una verdad que he experimentado plenamente aquí.
¿Cómo presentaría la misa a los musulmanes? La Última Cena es una comida compartida entre amigos en la que el Señor está presente. La celebración de la Eucaristía es un momento de «encuentro». El encuentro con Cristo, el Salvador de todos. El encuentro en comunidad con aquellos que rezan, que comparten sus alegrías, sus preocupaciones y sus proyectos. En el texto de la multiplicación de los panes que nos ofrece el evangelista Lucas, no sólo está el milagro de la comida abundante para todos, sino también el de una comunidad que, reunida en torno a Jesús, recibe el mandamiento de la caridad; y así, compartiendo sus recursos y sus esfuerzos, sale de sí misma al encuentro de los demás, para compartir sus vidas y sus necesidades.
Este signo eucarístico es el de un pueblo que no se encierra en la intimidad de sus iglesias, sino que es invitado a convertirse en pan partido para la vida y la fraternidad del mundo de hoy.
La mayoría de nuestras comunidades católicas están formadas a menudo por estudiantes del África subsahariana.En las ciudades argelinas, donde el único lugar de culto cristiano es a menudo una parroquia católica, la comunidad está formada a veces por una mayoría de estudiantes protestantes y evangélicos, que no están acostumbrados a ir a misa.¿Qué les diría para explicarles la importancia de la Eucaristía para nosotros? Aunque nuestros rituales difieran, para todos los cristianos la Eucaristía es el cuerpo de Cristo. Cristo dijo: «Esto es mi cuerpo entregado por vosotros, comed todos de él; ésta es mi sangre derramada por vosotros, bebed todos de ella». Entonces, ¿existe una diferencia esencial entre nuestras distintas maneras de celebrar la Eucaristía? Como cristianos bautizados, todos estamos invitados a la mesa del Señor.
¿Qué está en juego para ti en estos Congresos Eucarísticos como el de Quito, en el que vas a participar, y qué podemos hacer aquí para crecer en nuestra vida eucarística? El tema del Congreso 2024 es la fraternidad: Fraternidad para sanar el mundo «Todos vosotros sois hermanos» (Mt 23,8). El mismo Papa Francisco eligió este tema.
La Eucaristía nos permite sentir y descubrir al Dios que nos libera, salir al encuentro de nuestros hermanos y hermanas, sin juicios y sin otro lenguaje que el del amor.
Nuestro mundo está desgarrado por la guerra, la división y el conflicto, ¿y no se encuentra el origen de todo esto en el corazón de cada ser humano? Con mayor fervor, podemos dirigir nuestra mirada a Jesús Eucaristía, Dios vivo, cercano y humano.
De este modo, nuestra vida cotidiana se transforma: se abre al compartir, responde a las llamadas a la justicia y a la paz que resuenan en el corazón del mundo, y nos impulsa a proteger la creación.
Entrevista realizada por Michel Guillaud, secrétaire de la CERNA
Cette année, du 8 au 15 septembre, la 53ème édition de cet événement mondial se tiendra à Quito, en Equateur, sous la devise «Fraternité pour guérir le monde». Gosia Jablonska, fmm, y participera en tant que représentante de la CERNA, c’est-à-dire des Eglises locales d’Afrique du Nord. Cette interview nous permettra d’en savoir plus et de prendre conscience de l’enjeu de ces Congrès.
D’abord, pourrais-tu brièvement nous dire qui tu es, où tu vis et ta mission? Je m’appelle Gosia Jablonska. Je suis religieuse, franciscaine missionnaire de Marie (fmm). Je suis en Afrique du Nord depuis 2001. J’ai été d’abord envoyée en Libye, où je suis restée quelques années, puis en Egypte pour faire des études d’arabe et d’islamologie. Je suis en Algérie depuis 2008. Dans ma responsabilité de conseillère provinciale, durant 10 ans, j’ai bien connu également les réalités en Tunisie et au Maroc. Ma mission actuelle avec l’équipe du CCU (Centre Culturel Universitaire) à Alger est d’accueillir des jeunes algérien(ne)s étudiants et professionnels dans nos bibliothèques pour des activités pédagogiques, culturelles et artistiques. Cet espace, ouvert à tous, nous donne l’occasion de grandir dans l’ouverture les uns aux autres et de permettre à des jeunes d’exprimer leur créativité et leur soif de sens. Je suis aussi engagée auprès des gens du quartier populaire où je vis et où se trouve la communauté et la paroisse d’Hussein Dey.
En quelques mots, peux-tu nous dire ce que représente l’eucharistie pour toi, et si le fait d’être dans un pays musulman a influencé ta vision de l’eucharistie? Pour moi l’eucharistie est la présence du Christ. Dans ce pays musulman où je vis depuis plusieurs années, la question, à partir de mon vécu profond est : comment le Christ ici est-il présent, vivant, visible ? Je constate par la vie quotidienne que le Christ est au-delà de la messe, de l’adoration du saint sacrement ; il est déjà là, comme présence eucharistique dans la vie de toute personne que je rencontre et de toute situation que je vis et perçois. Cette présence du Vivant pour chacun et en chacun est pour moi une vérité que j’ai pleinement perçue ici.
Comment présenterais-tu la messe à des musulmans? La Cène est un repas partagé entre amis où le Seigneur est présent. La célébration eucharistique est un moment des « rencontres ». La rencontre avec le Christ, le Sauveur de tous. La rencontre en communauté des priants qui partagent leurs joies, leurs soucis, leurs projets. Dans le texte de la multiplication des pains que nous offre l’évangéliste Luc, il y a non seulement le miracle d’une nourriture abondante pour tous, mais aussi celui d’une communauté qui, réunie en assemblée autour de Jésus, reçoit le commandement de la charité ; et c’est ainsi que, partageant ses ressources et ses efforts, elle sort d’elle-même pour rencontrer l’autre, pour partager sa vie et ses besoins.
Ce signe eucharistique est celui d’un peuple qui ne se cloisonne pas dans l’intimité de ses églises, mais qui est invité à devenir pain rompu pour la vie et la fraternité du monde d’aujourd’hui.
Nos communautés catholiques sont souvent composées en majorité d’étudiants venus d’Afrique sub-saharienne. Dans les villes d’Algérie où souvent le seul lieu de culte chrétien est une paroisse catholique, la communauté est parfois constituée en majorité d’étudiants protestants et évangéliques, qui ont peu l’habitude de la messe. Que leur dirais-tu pour leur expliquer l’importance de l’eucharistie pour nous? Même si nos rituels diffèrent, l’eucharistie est pour tous les chrétiens le corps du Christ. C’est le Christ qui le dit « ceci est mon corps donné pour vous, mangez-en tous ; ceci est mon sang répandu pour vous buvez-en tous ». Y a-t-il dès lors une différence essentielle entre nos façons différentes de célébrer l’eucharistie ? Baptisés, nous sommes tous invités à la table du Seigneur.
Pour toi, quel est l’enjeu de ces Congrès eucharistiques comme celui auquel tu vas participer, et que peut-on faire ici pour grandir dans notre vie eucharistique? Le thème du Congrès de 2024 porte sur la fraternité : Fraternité pour guérir le monde « Vous êtes tous frères » (Mt 23, 8). C’est le pape François lui-même qui a choisi ce thème.
L’enjeu est là; L’Eucharistie nous permet de sentir et de découvrir le Dieu qui nous libère, d’aller à la rencontre de nos frères et sœurs, sans jugement et sans autre langage que celui de l’amour. Notre monde est déchiré par la guerre, par les divisions et les conflits, et la source de tout cela, n’est-elle pas dans le cœur de chaque être humain ? Avec plus de ferveur nous pouvons tourner notre regard vers Jésus Eucharistie, un Dieu vivant, proche et humain. C’est ainsi que notre vie quotidienne est transformée : elle s’ouvre au partage, répond aux appels à la justice et à la paix qui résonnent au cœur du monde et nous pousse à protéger la création.
Interview de Michel Guillaud, secrétaire général de la CERNA
Miembros de la Comisión diocesana de Familia y Juventud con la comunidad cristiana de Nador
La Comisión diocesana de Familia y Juventud están realizando un itinerario de visitas a las diversas parroquias de nuestra diócesis. Se trata de conocer in situ la realidad pastoral de cada lugar y a la vez, que en cada comunidad parroquial se estrechen los vínculos con el equipo que vela por las iniciativas pastorales en el ámbito de los jóvenes y la familia.
Con este objetivo, desde febrero y a lo largo de diversos fines de semana, los miembros de la Comisión están viajando a cada ciudad: Asilah, las dos parroquias de Tánger (catedral del Espíritu Santo y Nuestra Señora de la Asunción), Alhucemas, Nador, M’diq y Tetuán, y con la perspectiva de ir a Larache.
El fin de semana 13 y 14 de abril, concretamente, visitaron Nador y desde la Parroquia de Santiago el Mayor de esta localidad nos cuentan:
«El segundo fin de semana de abril tuvimos la alegría de recibir en Nador la visita de la comisión diocesana de Familia y Juventud casi al completo: el padre François, mamá Geraldine (con su hijo Leroy) y el joven estudiante Paul. Durante veinticuatro horas convivieron con nosotros, conocieron a la comunidad parroquial, nos informaron de las propuestas diocesanas y compartieron con nosotros la eucaristía del domingo. Agradecemos muy de corazón su visita, su cercanía y el esfuerzo de viajar hasta Nador para reforzar los lazos de comunión y de apoyo mutuo entre las diferentes comunidades de la diócesis».
La Iglesia celebra el 21 de abril, domingo del Buen Pastor y cuarto de Pascua, la Jornada Mundial de oración por las vocaciones y la Jornada de vocaciones nativas 2024. Aunque se celebran el mismo día, cada jornada mantiene sus objetivos. La Jornada de oración por las vocaciones invita a los jóvenes a interrogarse sobre su vocación y a la comunidad cristiana, a acompañar y rezar por ellas. La Jornada de vocaciones nativas busca sostener las vocaciones de especial consagración que surgen en los territorios de Misión, para que ninguna de ellas se quede frustrada por falta de recursos. Para ello, además de la oración, promueve la colaboración económica.
El Santo Padre también ha hecho público, como es habitual, el mensaje para la 61ª Jornada Mundial de oración por las vocaciones, con el título “Llamados a sembrar la esperanza y a construir la paz”
Hay diferentes materiales (escritos, testimonios, canciones, audiovisuales…) para vigilias, eucaristía, catequesis etc., Son herramientas útiles para sensibilizar las comunidades cristianas en esta Jornada y promover la oración por las vocaciones en todas partes del mundo, con el deseo de que cada persona llegue a dar respuesta en su vida a la llamada de amor de Dios para cada uno.
A lo largo de este curso, la Archidiócesis de Tánger está involucrada en un proyecto no menor: la elaboración de un Plan Diocesano Pastoral. Todo empezó con la carta de nuestro arzobispo, Fr. Emilio Rocha, ofm, dirigida a toda la diócesis al inicio de este curso. En ella invitaba a toda la comunidad cristiana que peregrina en la diócesis a dar su aportación para conseguir, entre todos y con la ayuda del Espíritu Santo, elaborar un Plan Diocesano Pastoral para los próximos tres años. El objetivo es “discernir cuáles son las prioridades pastorales que han de vertebrar la diócesis, teniendo en cuenta las áreas que constituyen la vida y misión de la Iglesia”, en palabras de Fr. Emilio.
En respuesta a este llamamiento, llegaron 18 aportaciones, provenientes de personas particulares (laicas y religiosas), parroquias, comunidades religiosas, etc.
El conjunto de todas estas aportaciones ha sido materia de trabajo en una comisión formada por representantes de las diversas delegaciones y organismos diocesanos, que han identificado los elementos relevantes y coincidentes, y los han sistematizado en un documento llamado Instrumentum Laboris, es decir, “documento de trabajo”.
Continuando con este proceso sinodal, este documento ha sido enviado de nuevo a las comunidades cristianas para su valoración y con la petición de recoger acciones concretas para la puesta en práctica del Plan Diocesano Pastoral, según un método concreto expuesto al inicio del documento y con un plazo que llega hasta el 2 de junio, Solemnidad del Corpus Christi.
El camino continuará hasta el inicio del próximo curso pastoral, con una reunión del Consejo Pastoral Diocesano y la celebración de una Asamblea Diocesana que refrenden el trabajo final.
Según avanza este proyecto, se hace evidente cada vez más la importancia, no sólo de llegar a la meta, sino del camino que estamos recorriendo, que nos permite vivir como Iglesia que peregrina en estas tierras de Marruecos.
Del 22 al 27 de marzo 2024, Mons. Alfred Xuereb, nuncio del Papa en Marruecos, ha visitado algunas ciudades de la Archidiócesis de Tánger y ha participado en algunas celebraciones significativas de la Semana Santa.
El Domingo de Ramos, 24 de marzo, estuvo presente en la bendición de los ramos, en el claustro del arzobispado y concelebró la misa, en la que se recordó el inminente primer aniversario de la ordenación episcopal de Fr. Emilio Rocha, nuestro arzobispo, que se cumplia al día siguiente. El martes, día 26, la misa crismal, de bendición de los santos óleos, reunió a todo el presbiterio diocesano junto a su pastor diocesano y al nuncio.
Por otra parte, durante su visita, Mons. Alfred pudo conocer in situ las comunidades religiosas y sus obras sociales y caritativas, presentes en las ciudades de Tánger, Tetuán y Martil. Como él mismo ha expresado, le han causado una impresión muy positiva las iniciativas que la Iglesia lleva adelante en favor de las personas, marroquíes, inmigrantes, etc, para ayudarles a no vivir en la miseria, mejorar su situación de vida y recuperar la propia dignidad. También participó en un iftar coletivo organizado por el Centro marroquí por la tolerancia y el diálogo interreligioso que se desarrolló en el claustro del obispado, ocasión de toma de contacto con la sociedad tangerina y representantes de otras iglesias cristianas, del judaísmo y musulmanes.
Fr. Emilio Rocha, ofm, arzobispo de Tánger, ha destacado el valor de esta visita, por el significado que comporta de comunión con el Santo Padre, a través de la figura del nuncio, y por las fechas en que se ha producido, en torno a la fiesta principal de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
El claustro del Arzobispado de Tánger se ha transformado en el lugar de acogida de un iftar colectivo organizado por el Centro marroquí por la tolerancia y el diálogo interreligioso. Esta cena que rompe el ayuno diario durante el Ramadán ha tenido lugar el lunes 25 de marzo, con la presencia de personalidades musulmanas, de religión judía y con representantes cristianos, no solo católicos sino también evangélicos y anglicanos.
Mohammed Aabidou, presidente del Centro marroquí por la tolerancia y promotor de actos como éste, explicó que el motivo de realizar este iftar era el de mostrar las relaciones respetuosas entre las diversas religiones que se intentan promover, y el hecho de hacerlo en una sede católica era a causa de celebrar justo en estos días la Semana Santa.
Fray Emilio Rocha, ofm, arzobispo de Tánger en su saludo de acogida a los presentes, pudo expresar la alegría de acoger a la comunidad musulmana en este iftar, donde, no solo se comparten los alimentos sino también la fraternidad, la amistad y el caminar juntos en esta tierra de Marruecos.
En el acto estaba presente también Mons. Alfred Xuereb, nuncio apostólico de su santidad el papa Francisco en Marruecos, de visita en estos días a algunas ciudades de la diócesis de Tánger. Mons. Xuereb se manifestó muy contento por haber podido participar en el iftar, que sirve para incrementar nuestras relaciones y los esfuerzos para construir la paz y la fraternidad.
Como representante de la religión judía, la Sra. Sonia Cohen Azagury, tangerina, encargada de la conservación del patrimonio judío en esta ciudad marroquí, agradeció la posibilidad de realizar el iftar, como reunión interreligiosa e intercultural ,en el marco magnífico del claustro del arzobispado.
El clima fraterno y festivo de este iftar es un ejemplo del deseo mutuo de relacionarnos como hermanos entre los creyentes en un único Dios, sin anular nuestras diferencias y a la vez, con gran respeto y estima recíproca, conscientes de que estas actitudes pueden poner bases sólidas a la paz y la justicia en el mundo.
El “viernes de dolores”, 22 de marzo, a las 20h, la Catedral del Espíritu Santo acogerá un concierto con el título «Las Siete Palabras de Cristo en la Cruz». Este evento es fruto de la organización conjunta del Archivo Diocesano de Tánger y el Departamento de Música del IEES Severo Ochoa de esta ciudad marroquí, y con la colaboración del Centro Cultural Lerchundi de Tánger y la misma Iglesia diocesana local.
Se trata del estreno de una obra inédita, del compositor vasco Fr. Francisco M. Alberdi, ofm, fraile que vivió y ejerció su ministerio en tierras de Ecuador y Perú, donde se ha conservado la obra que se interpretará el viernes en la catedral de Tánger, gracias a la participación de la Asociación Gaditana de Amigos de la Opera.
La dirección correrá a cargo de Francisco J. Cintado, profesor, organista y director de orquesta en el Conservatorio Cristóbal de Morales de Sevilla y nombrado recientemente Maestro de Capilla de la Catedral Hispalense.
Desde 1217, los frailes franciscanos tienen la costumbre de reunirse regularmente en «capítulos de las esteras». Este término puede parecer extraño a alguien ajeno a la familia franciscana… La palabra «capítulo» procede del lenguaje monástico, donde los monjes se reúnen a diario en torno a su abad para escucharle comentar un capítulo de la Regla; las «esteras», en cambio, se refiere a aquel capítulo multitudinario de 1217 en Asís, en el que participaron unos tres mil hermanos, que durmieron en esteras de paja, ya que no había otra manera de alojarse. En conclusión, se trata de una reunión fraternal.
Sin embargo, a diferencia de los capítulos que dan lugar a una elección, estos «de las esteras» son más informales: permiten a los hermanos reunirse, «hacer familia» y pasar tiempo juntos rezando, compartiendo y reflexionando sobre temas comunes a toda la fraternidad. En Marruecos, dado nuestro reducido número (18 hermanos presentes en la actualidad) y las grandes distancias (entre Marrakech, Tetuán y Meknes), estamos acostumbrados a reunirnos cada año durante tres días. Este año 2024 fue en nuestra casa de Tetuán, del domingo 10 de marzo a la noche del miércoles 13 de marzo.
Ahora bien, esta vez el capítulo fue un poco especial… Además de los hermanos, habían sido invitadas cuatro hermanas franciscanas: una clarisa de Casablanca y tres hermanas apostólicas de Tazert, Midelt y Tánger. Lo compartieron todo con nosotros a lo largo de los tres días: la oración, las comidas ruidosas y animadas, las conferencias y los momentos de compartir en grupo. Les habíamos pedido que se unieran a nosotros para ayudarnos a reflexionar sobre nuestra misión en Marruecos y sobre nuestra manera de responder a las llamadas de Dios, de la Iglesia y del mundo en esta tierra en la que vivimos desde hace más de ochocientos años. No queríamos que vinieran como conferenciantes a traernos una palabra experta, sino como hermanas, corresponsables con nosotras de este carisma que nos legó el Señor a través de Francisco y Clara de Asís.
Juntos, hemos escuchado nuestras respectivas experiencias en Marruecos (desde quien llegó un mes antes hasta quien vive aquí desde hace más de treinta años) y la Palabra de Dios, tal como la recibió Francisco de Asís. Fueron momentos de escucha en silencio de lo que el Señor nos dice y, en los intercambios, de lo que nos dice a través de los demás. A continuación, pedimos a varias personas que nos conocen (feligreses, emigrantes, estudiantes, marroquíes) que nos dijeran cómo veían nuestra manera de estar en misión aquí en Marruecos.
Para ayudarnos a analizar en perspectiva estos testimonios, pedimos a un teólogo musulmán y a Fr. Emilio Rocha, ofm, arzobispo de Tánger, que revisaran e interpretaran con nosotros esas diferentes aportaciones. A partir de todo ello, proseguimos nuestras reflexiones en grupos.
Al final de este capítulo, florecía en nuestro interior una acción de gracias, especialmente por lo que el Señor está obrando en nosotros: la fraternidad de los hermanos de once países diferentes de Marruecos, la fraternidad de las hermanas que comparten nuestro carisma, la fraternidad de aquellos a quienes servimos y que nos llevan siempre más lejos en el camino de la donación. Esperamos poder seguir creciendo en nuestro camino de discípulos de Cristo en esta tierra marroquí, llamados cada vez más a vivir nuestra vida de fraternidad contemplativa en misión con esta doble dimensión de interculturalidad en el seno de nuestras comunidades y de inculturación en el corazón del mundo musulmán.
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