El día 6 de Junio, la HERMANA MUERTE visitó a nuestro hermano Antonio Alcalde Contreras, O.F.M, al sufrir un accidente casero en el Convento donde estaba destinado desde hacía 3 años; en Tetuán.
Nació en la Provincia de Jaén, en el año 1.941.
Su primera profesión en la Orden Seráfica – anterior Provincia de Granada -, el año 1.959. Misionero en la actual CUSTODIA FRANCISCANA en Marruecos desde 1.994.
En estos 25 años (ahora en Septiembre se cumplirán) Fray Antonio ha servido en la Iglesia Marroquí en los Conventos de Casablanca, Rabat, Tánger, y actualmente en Tetuán.
Siempre servicial; atento con tod@s, incansable trabajador, alegre. Profundo. Un vocablo suyo, acompañado de alguna cita de la Palabra de Dios no te dejaban inmóvil. Ponía luz buena parte de las veces en conversaciones con él, que a su lenguaje firme y a la vez atractivo se concebían lacónicas.
¡Descansa en Paz, Fray Antonio!
Nos despedimos con la Bienaventuranza escrita por nuestro hermano, Monseñor Fray Santiago Agrelo O.F.M.
Adiós, Fray Antonio!
La dicha eres tú.
Tus sílabas, Jesús,
me envuelven como un manto;
la gracia de tu nombre
aquieta el desconsuelo de mi llanto.
Abrazo en que naufraga mi andadura,
eres tú;
amor que al mismo tiempo hiere y cura,
eres tú.
Noche resplandeciente más que el día,
eres tú;
sosiego que atraviesas mi agonía,
eres tú…
Ribera eterna, puerto de destino,
donde amarrar mi barca a lo divino,
eres tú…
Si la hallare al final de mi carrera,
la dicha que me espera se llamará Jesús.
VATICANO – El 27 de mayo se inaugura la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias viernes, 24 mayo 2019
Roma (Agencia Fides) – Los Directores Nacionales de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de todos los continentes, junto con el Presidente y los Secretarios Generales de las cuatro OMP se reunirán en Sacrofano (Roma) para su Asamblea General Anual desde el lunes 27 de mayo hasta el sábado 1 de junio. Las OMP constituyen una red mundial al servicio del Papa para apoyar a la misión y a las Iglesias jóvenes con oración y caridad.
El trabajo, que se llevará a cabo en la Fraterna Domus, se abrirá con una bienvenida y la exposición del arzobispo Giampietro Dal Toso, Secretario Adjunto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y Presidente de las OMP. A continuación será la primera conferencia sobre el tema “La vida como una misión”, a cargo del profesor Fabrice Hadjadj, del Instituto Philanthropos de Friburgo (Suiza). Por la tarde, después del trabajo en grupo y el debate en el aula, pronunciará un discurso del cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
El martes 28 de mayo el padre Eloy Bueno, de la Universidad de Burgos (España), tratará el tema “La teología de la misión”, seguido del trabajo en grupo y el debate en el aula. Por la tarde se presentará el informe sobre las Reuniones Continentales de las OMP y el Congreso Misionero Americano (CAM), seguido de discursos y debates.
El miércoles 29 de mayo, los miembros de la Asamblea asistirán a la audiencia general del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro y visitarán el Archivo Histórico de Propaganda Fide en el Gianicolo. Por la tarde está programada la concelebración eucarística presidida por el cardenal Filoni en la Basílica de San Pedro.
El jueves 30 de mayo los secretarios generales de las cuatro Obras Misionales Pontificias presentarán el informe del año pasado y las previsiones presupuestarias. Tomarán la palabra después el padre Tadeusz Nowak, OMI, Secretario General de Pontificia Obra de la Propagación de la Fe; el padre Guy Bognon, PSS, Secretario General de la Sociedad Pontificia de San Pedro Apóstol; la hermana Roberta Tremarelli, AMSS, secretaria general de la Infancia Misionera; y el padre Fabrizio Meroni, PIME, Secretario General de la Pontificia Unión Misionera, Director de CIAM y Director de Fides. También se hablará sobre el Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019. Cada discurso vendrá seguido de un debate en el aula y aclaraciones.
El viernes 31 de mayo, el padre Hans Zollner, SJ, Presidente del Centro para la Protección de la Infancia de la Pontificia Universidad Gregoriana, hablará sobre el tema “Protección de menores” seguido de una sesión de trabajo. Por la tarde, monseñor Carlo Soldateschi, a cargo de la Administración, y el del Consejo de Finanzas, expondrá un informe.
El sábado 1 de junio, están programados la discusión de los resultados finales de la Asamblea y el discurso de clausura del Presidente de las OMP, el arzobispo Giampietro Dal Toso.
(SL) (Agencia Fides 24/05/2019)
Vaticano: El cardenal Filoni en la asamblea de las OMP: Mes Misionero Extraordinario, formación de catequistas y renovación
Roma (Agencia Fides) – La celebración del Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019, la formación de catequistas en los territorios de misión, la necesidad de identificar nuevas formas de oración, animación misionera y recaudación de fondos para la missio ad gentes: estos son los tres temas elegidos por el cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y Presidente del Comité Supremo de las Obras Misionales Pontificias, en su discurso ante la Asamblea General Anual de las OMP, celebrada en la Fraterna Domus de Sacrofano (Roma) hasta el 1 Junio (ver Fides 24/05/2019).
El cardenal, que intervino ayer por la tarde, destacó ante todo la importancia de la Carta Apostólica Máximo Illud del Papa Benedicto XV, que inició la «fructífera renovación evangélica de la misión eclesial”, cuyo centenario el Papa Francisco ha querido celebrar con el Mes Misionero Extraordinario.
Con su carta, el Papa Benedicto XV quería lograr esencialmente tres objetivos, recordó el cardenal Filoni: “En primer lugar, invitó a toda la Iglesia y a las Iglesias locales a hacerse cargo de la misión al no delegarla solo a instituciones y congregaciones religiosas. En segundo lugar, volver a recordar que evangélicamente la misión de la Iglesia tiene cpmo único objetivo proclamar el Evangelio, la fe y el testimonio de la caridad. El tercer aspecto consistió en la voluntad explícita del Papa de romper cualquier relación entre la fe y la misión con intereses coloniales y con ideologías nacionalistas eurocéntricas, muy fuertes en ese momento”.
Para el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Papa Francisco al celebrar el centenario de esta Carta Apostólica desesa tres cosas: “primero, nos invita a renovar la misión como un compromiso bautismal de todos los fieles sin delegar en solo los institutos misioneros esta dimensión fundamental de la fe sino en todo el Pueblo de Dios; en segundo lugar, la misión debe convertirse en el paradigma de la vida ordinaria y de cada acción de la Iglesia; finalmente, a todos los cristianos en sus diócesis, parroquias, movimientos y grupos eclesiales les pide que se constituyan en un estado permanente de misión”.
El cardenal subrayó la importancia fundamental de los catequistas en la vida de las iglesias jóvenes de los territorios de misión, definiéndolos como “la figura clave en el esfuerzo de evangelización, especialmente en entornos rurales y comunidades”. “Son responsables de muchas comunidades misioneras que les encomiendan los párrocos y los obispos, conducen la liturgia dominical de la Palabra muy a menudo con la distribución de la Eucaristía, son responsables de la oración y la caridad, viven con su familia en el medio a sus hermanos cristianos y no cristianos, miembros del mismo pueblo y comunidad civil, preparan a niños y adultos para los sacramentos…”. Cuando los catequistas están “seriamente comprometidos, bien valorados y bien entrenados, son verdaderos animadores y formadores de toda la comunidad cristiana junto con los obispos, presbíteros y diáconos permanentes”.
En el contexto de los cambios sociales y eclesiales que también afectan a este ministerio, “es necesario descubrir siempre nuevas formas de ser y actuar como un catequista”, dijo el cardenal Filoni, quien indicó la oportunidad de confiar la catequesis no solo a un hombre. o para una mujer que está particularmente disponible y preparado, sino también a equipos compuestos por hombres, mujeres, familias, jóvenes, un diácono permanente, un religioso o una religiosa e incluso a niños. Sin embargo, es necesario entrenar a estos pequeños equipos de cuatro o cinco para que “puedan traer al mundo un verdadero testimonio de fe y de la Iglesia”.
Para lograr este objetivo, las iglesias locales deben garantizar una adecuada formación inicial y continua de los catequistas, elegidos después de un cuidadoso discernimiento, cuidar de las estructuras de formación y elegir formadores capaces, que también resuelvan preguntas prácticas. “Los obispos locales con los presbíteros y los religiosos deben cuidar seriamente de estos colaboradores importantes y fundamentales en el trabajo de la misión de la Iglesia en los territorios que les han sido confiados”, aseguró el purpurado.
El cardenal Filoni propuso una colaboración más estrecha con los obispos y las Iglesias locales: “Respetando las diferentes necesidades y realidades locales de cada país, las Direcciones Nacionales de las Iglesias particulares confiadas a la CEP, en colaboración con el Secretariado Internacional de la coordinación Pontificia Unión Misionera, pueden interactuar en el proceso de formación de los catequistas y, por lo tanto, llevar a cabo regularmente nuestro deber de animación misionera del Pueblo de Dios. De esta manera, su servicio de formación misionera alcanzaría el cuidado pastoral ordinario de sus iglesias. No se desarrollaría en paralelo, sino que interactuaría con las necesidades locales de formación eclesial para la misión. Los catequistas recibirían una adecuada formación misionera en su preparación”.
El último tema tocado por el cardenal en su discurso se refirió a la necesidad de “repensar los métodos de oración, animación misionera y recaudación de fondos para la missio ad gentes del Papa junto con las Iglesias particulares”, en el contexto de “una auténtica y radical reforma de las OMP en el espíritu que nos indicó el Santo Padre en Evangelii Gaudium”. En este sentido, propuso desarrollar nuevas formas de presencia de las OMP tanto en los santuarios marianos como en otros lugares de interés para la devoción popular, así como en el mundo de las redes sociales que están al servicio de la oración y la formación de la fe. Pidió a las Secretarías Internacionales de las cuatro OMP que “comiencen un proceso unitario de discernimiento de sus propios métodos para un compromiso clave en la recaudación de fondos”: “La preocupante disminución de los fondos que las OMP recibeb y pueden distribuir, requiere una nueva perspectiva en los métodos de recaudación”, concluyó.
(SL) (Agencia Fides 28/05/2019)
Por primera vez, el Encuentro de Vida Consagrada se celebró en dos sedes distintas: En Tánger, para la zona occidental de la diócesis –sábado, 18 de mayo-, y en Alhucemas, para la zona oriental –sábado día 25 de mayo-.
Como es habitual en estos Encuentros, hubo un tiempo inicial de acogida, seguido de un tiempo de oración, una súplica porque el Señor nos acompañase a todos con la luz de la divina sabiduría.
Con la pasión que suele poner en las cosas, el señor obispo nos habló de “Fe y misión”.
En Tánger, lo hizo todavía como obispo de la diócesis. En Alhucemas, lo hizo ya como obispo emérito.
En los dos encuentros, el clima de fraternidad, de comunión, de afecto, fue el acostumbrado en esta Iglesia que el Señor ha bendecido con especial misericordia. Pero el encuentro de Alhucemas estuvo marcado, más si cabe, por la cercanía de todos al que había sido “su obispo” hasta el día anterior.
La celebración eucarística fue, lo mismo en Tánger que en Alhucemas, un tiempo de comunión en la fe, de gozo en la esperanza, de fiesta en la caridad.
Comunión, esperanza y fiesta que se prolongan siempre en la mesa común, en el servicio mutuo, en el orgullo de ser hermanos.
Fueron dos Encuentros para guardar en la memoria del corazón.ç
«Mi tiempo se ha cumplido»: El Papa acepta la renuncia de Santiago Agrelo como arzobispo de Tánger
Mons. Agrelo, arzobispo de Tánger
«Si en el cielo hubiere primeros y últimos puestos, estoy seguro de que todos allí me precederíais, pues habéis derrochado tanto amor con los pobres, que, considerada la pobreza del mío, ni siquiera seré digno de desataros las sandalias», dice a sus fieles en la despedida
El prelado gallego, conocido por su lucha por los derechos de los refugiados e inmigrantes, había rebasado en dos años la edad de jubilación
Francisco le concede la renuncia después del histórico viaje a Marruecos.
Casi dos años después de haber presentado su renuncia (cumple 77 años el próximo 20 de junio), el Papa ha aceptado la jubilación de Santiago Agrelo. El franciscano gallego deja de ser arzobispo de Tánger, en una decisión esperada, que se produce después del histórico viaje papal a Marruecos, en el que Agrelo fue figura destacada.
Por el momento, tal y como recoge el VIS, el Papa deja vacante la sede, a la espera del nombramiento del nuevo arzobispo, que se llevará a cabo en conversación con la procura de los franciscanos (quienes históricamente han llevado las riendas de la Iglesia de Tánger). Por el momento, será Cristobal López, el arzobispo de Tánger, quien administrará la sede.
«Mi tiempo se ha cumplido», narra, en una emocionante carta a la diócesis, el ya obispos emérito. «Quiero expresar obediencia y reverencia, gratitud y cariño al Papa Francisco, pues en todo momento de mi servicio en esta Iglesia me he sentido confortado por su palabra, por el ejemplo de su vida, por su amor a la Iglesia, por su solicitud con los emigrantes, por su amor a los pobres», apunta Agrelo.
Carta de amor a la diócesis
«Vuelvo rico del amor que Dios me tiene, amor del que ha sido sacramento real la caridad que vosotros habéis tenido conmigo, el amor con que habéis dulcificado mi camino durante estos años», añade el franciscano, quien ofrece una declaración de amor a la Iglesia de Tánger.
Si en el cielo hubiere primeros y últimos puestos,
estoy seguro de que todos allí me precederíais,
pues habéis derrochado tanto amor con los
pobres, que, considerada la pobreza del mío, ni
siquiera seré digno de desataros las sandalias.
Pero seré dichoso, inmensamente dichoso de
vuestra dicha, aunque sólo pudiere verla desde
lejos y desde abajo. Vosotros habéis hecho
posible el cumplimiento del compromiso de
servicio a la Iglesia y a los pobres que asumí
cuando acepté el nombramiento de obispo.
El prelado gallego es conocido por su lucha en favor de los derechos de refugiados e inmigrantes, y se ha pronunciado en numerosas ocasiones, en la línea de Francisco, contra las políticas anti-inmigración que se está imponiendo en Europa.
Monseñor Agrelo junto a migrantes africanos
Agrelo es uno de los mayores críticos de la instalación de concertinas en la valla de Meililla, y tampoco le duelen prendas en denunciar, proféticamente, la tantas veces errada línea de la cadena Cope en relación con el trato al extranjero.
Con la marcha de Agrelo -que aún no ha confirmado si seguirá en Tánger o regresará a Galicia-, y hasta el nombramiento de su sucesor, la Iglesia de Marruecos queda al mando de otro español, el arzobispo de Rabat, el salesiano Cristóbal López, al que el Papa ha nombrado administrador apostólico.
Nada más conocerse la decisión papal, el propio Agrelo ha enviado un escrito a su diócesis, ya firmando como obispo emérito. Es el siguiente:
Seré inmensamente dichoso de vuestra dicha
A la Iglesia de Dios que peregrina en Tánger: Paz y bien.
Hermanos míos muy queridos: Mi tiempo se ha cumplido. Para vuestro pastor ha llegado la hora del regreso a la quietud de la vida conventual. Para vosotros llegará otro pastor, llamado a guiar –lo hará con sabiduría y amor- esta Iglesia humilde y hermosa. En esta carta quiero dejaros algo así como una memoria personal, una mirada afectuosa al camino que he tenido la dicha y el privilegio de recorrer con vosotros, un pequeño mundo de palabras que os ayuden a guardar en el corazón un recuerdo amable de este hermano menor que fue vuestro obispo durante casi doce años. Una travesura de niño fue la ocasión de la que se sirvió el Señor para llevarme al Seminario –nosotros lo llamamos Colegio Seráfico- de la Provincia Franciscana de Santiago. Allí los hermanos me enseñaron todo lo que sé, también a buscar al Señor, a amarle; me enseñaron a amar a los pobres, amar a la Iglesia. Luego, en el Pontificio Instituto Litúrgico San Anselmo, de Roma, aprendí veneración por la Palabra de Dios. El Señor se ocupó siempre de mí, como se ocupa de un niño pequeño una madre cariñosa. Cuando el Papa Benedicto me llamó a este ministerio en Tánger, lo acepté confiadamente. Lo acepté con una súplica en el corazón al Dios de mi vida: ayúdame, Señor, a amar a tu Iglesia con el amor con que tú la amas, ayúdame a servirte en los pobres, ayúdame a ser fiel a tu santa voluntad. En aquel momento me sentí como el patriarca Abrahán, que en la ancianidad había sido llamado a dejar casa y patria, y a ponerse en camino, llevando como único tesoro en el corazón las palabras de la promesa divina. Me sentí como Sara, visitada a la puerta de su tienda por un ángel con un anuncio de hijos, que siempre son para una madre gozos y trabajos. Me sentí turbado y confiado, gozoso y esperanzado, dispuesto a caminar y a cuidar hijos para el Señor. Me sentí profundamente agradecido al Señor, a la Iglesia, al Papa, a quien prometí obediencia y reverencia, y a quien pedí que me ayudase a vivir y morir como hijo en la santa Iglesia. Ahora, como obispo ya emérito y como Hermano Menor, quiero expresar obediencia y reverencia, gratitud y cariño al Papa Francisco, pues en todo momento de mi servicio en esta Iglesia, como si hubiese sido a él a quien pedí ayuda, me he sentido confortado por su palabra, por el ejemplo de su vida, por su amor a la Iglesia, por su solicitud con los emigrantes, por su amor a los pobres. Hermanos míos muy queridos: Terminado mi servicio como obispo de esta Iglesia, vuelvo gozoso a la obediencia de mis superiores religiosos, vuelvo rico del amor que Dios me tiene, amor del que ha sido sacramento real la caridad que vosotros habéis tenido conmigo, el amor con que habéis dulcificado mi camino durante estos años. Si en el cielo hubiere primeros y últimos puestos, estoy seguro de que todos allí me precederíais, pues habéis derrochado tanto amor con los pobres, que, considerada la pobreza del mío, ni siquiera seré digno de desataros las sandalias. Pero seré dichoso, inmensamente dichoso de vuestra dicha, aunque sólo pudiere verla desde lejos y desde abajo. Vosotros habéis hecho posible el cumplimiento del compromiso de servicio a la Iglesia y a los pobres que asumí cuando acepté el nombramiento de obispo. Por mi parte, a lo largo de estos años he compartido con vosotros lo que he vivido en la fe, y os he comunicado, sin guardarme nada –el menos eso he intentado-, cuanto he recibido del Señor. A él y a vosotros pido perdón por la atención que no os haya prestado, por cuanto haya perdido de lo que el Señor quiso que os diese, por cuanto no haya sabido amaros. Con vosotros, con los pobres, con la Iglesia, resonarán en mi corazón las palabras del cántico de Nuestra Madre la Virgen María: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador”. En verdad, él se ha fijado en su Iglesia, en los pobres y en mí para bendecirnos como jamás hubiese podido soñar. Vosotros habéis sido bendición de Dios sobre mi vida, sois mi alegría y mi corona, y con Cristo os llevo guardados para siempre en el corazón. El Papa Francisco ha encomendado a mi hermano Cristóbal López, arzobispo de Rabat, la administración apostólica de la archidiócesis de Tánger, hasta que la Santa Sede pueda nombrar a mi sucesor. Estoy seguro de que, lo mismo a él que a mi sucesor, los acogeréis como me habéis acogido a mí, con la misma familiaridad, con la misma confianza, con el mismo respeto, con el mismo cariño. En esta carta, de agradecimiento más que de despedida, entran también con todo derecho el pueblo marroquí y las autoridades de este país que me han acogido durante estos doce años, me han tratado siempre con respeto, con cordialidad, con familiaridad, y me han permitido sentirme uno más en esta tierra bendecida por Dios. El Señor os bendiga, hermanos míos muy queridos: El Señor os guarde en su paz, os colme de esperanza y de alegría, os llene de su Espíritu, os mantenga siempre unidos, y a todos nos reúna un día en su casa del cielo.
Tánger, 24 de mayo de 2019 Fr. Santiago Agrelo Obispo emérito
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