Formación Cristiana en Ifrane 2013

Estudiantes africanos. Formación Cristiana en Ifrane 2013

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Chaque année, au cours de l’été, l’AECAM propose à des jeunes chrétiens, venus étudier au Maroc, un temps de formation chrétienne et de ressourcement spirituel dans une ambiance fraternelle et un cadre idéal (le Moyen-Atlas).

Pour cette année 2013:

Si vous avez déjà participé à une précédente édition de l’université d’été, venez prendre part à la session « OUVERTURES »
du 02 au 11 août.

Si vous n’avez pas pris part à une édition précédente, alors lancez-vous pour l’une des deux sessions « FONDATIONS » dont
la première va du 16 au 24 août et la deuxième du 24 août au 1er septembre.

[button link="https://www.diocesistanger.org/wp-content/uploads/2013/06/Depliant_ifrane_2013_definitif.pdf" newwindow="yes"] Información[/button]

Peregrinacion entre las dos orillas

Peregrinación entre las dos orillas: “las migraciones y el diálogo religioso”

[button link="https://www.diocesistanger.org/wp-content/uploads/2013/06/TR%C3%8DPTICO_las_migraciones_y_el_di%C3%A1logo_entre_las_dos_or-illas__2012-2013.pdf" newwindow="yes"] Triptico informativo[/button]

[button link="https://www.diocesistanger.org/wp-content/uploads/2013/06/FICHA-SEMANA-MARRUECOS-2013.pdf" newwindow="yes"] Ficha inscripción[/button]

Participación del TAM

Participación del TAM (Tanger Accueil Migrants) de la Delegación de Migraciones en el Salón Internacional del Libro y las Artes.

Instituciones Italianas, del 8 al 12 de mayo de 2013.

Salon del libro 5 may 13Habiendo sido invitados de la Fundación italiana Elisa Chimenti, el Centro TAM, ha participado en el Salón Internacional del Libro y las Artes, celebrado en las Instituciones Italianas, en Tánger.

Nuestra participación ha consistido en la presentación de productos artesanales y de reciclaje, realizados por los migrantes subsaharianos que acuden al taller en el propio Centro.

El evento ha sido una oportunidad para la visibilización de esta reciente realidad social existente en Marruecos, como es la migración subsahariana, de tránsito en su mayoría. Y a la vez ha sido una oportunidad para ampliar lazos y relaciones institucionales del propio Centro TAM, así como de la Delegación de Migraciones y de Cáritas Diocesana Tánger.

La presencia de nuestro stand se ha mantenido todos los días que ha durado la exposición, habiendo recibido numerosas visitas de personas interesadas y representantes de diversas instituciones que trabajan en el tema de migración en Marruecos.

Desde el Centro TAM, agradecemos a la Fundación Elisa Chimenti la invitación, a todas las personas de la Diócesis de Tánger que han colaborado con nosotros, su apoyo logístico para el evento, y a los voluntarios que han echado una mano durante la exposición con la dedicación de su tiempo.

 

                                               María José Venceslá.

                                               Administratice Centro TAM

IV SEMANA CULTURAL

SEMANA CULTURAL'2013  (cartel)_Página_1

El Centro Cultural Lerchundi de Martil te invita a participar en la IV SEMANA CULTURAL, que tendrá lugar desde el viernes 15 al 22 de junio, en distintos espacios: biblioteca, patio, sala Martín Prado, aulas… A lo largo de esta semana tendrán lugar exposiciones artísticas y de libre creación, proyección de los documentales y cortometrajes premiados en Festival de Cine, cine-fórum de jóvenes realizadores -en colaboración con el grupo GRECA (grupo de investigación cinematográfica) de la Universidad, una charla-coloquio sobre «la primavera árabe», el III Concierto de música acústica -en colaboración con la ACJ (asociación del Círculo de la Juventud)- y la fiesta de fin de curso.

Adjuntamos el cartel y el programa, con horarios y participantes, rogamos acudan con puntualidad por respeto a los otros, para facilitar la dinámica de las distintas actividades y permitir una participación más adecuada a las mismas. Agradeciendo la difusión entre sus allegados, colectivos y personas de vuestro entorno, recibe saludos cordiales y te esperamos próximamente.

[button link="https://www.diocesistanger.org/wp-content/uploads/2013/06/SEMANA-CULTURAL2013-programa.pdf" newwindow="yes"] Programa informativo[/button]

Mujer y pecadora

maria-magdalenaAquella mujer, la pecadora, podría decir hoy con la Iglesia las palabras del salmo: “Escúchame, Señor, que te llamo. Tú eres mi auxilio; no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación”. Y nosotros, con aquella pecadora, podríamos haber entrado en la sala del banquete del fariseo Simón para derrochar lágrimas y perfume a los pies de nuestro Salvador Cristo Jesús.

Hoy, para la mujer y para la Iglesia, nuestro Dios tiene nombre de perdón, pues ella y nosotros –también el rey David que despreció la palabra del Señor-, reconocemos haber pecado, confesamos nuestra culpa, y confesamos que Dios, por su inmensa compasión, nos ha visitado con su misericordia.

A la mujer y a nosotros, el perdón se nos ha concedido en Cristo Jesús. Por eso acudimos a él, nos colocamos detrás de él, junto a sus pies, y dejamos que el corazón derroche con él lágrimas y perfume, amor y agradecimiento, y que todo el ser, cuerpo y alma, exprese lo que todo el ser ha experimentado, la gracia que todo el ser ha recibido.

La pecadora perdonada, lo mismo que la Iglesia que recibe a Jesús en la propia intimidad, le ofrece hospitalidad humana, gozosa, respetuosa, generosa y agradecida, expresiones de ternura que sólo de la fe pueden nacer, pues sólo ella sabe y confiesa que, si de ese modo recibe a Jesús, es porque ha sido antes recibida por Jesús con delicadeza y generosidad propias de la hospitalidad divina.

No temas, Iglesia amada del Señor, no temas ocupar tu lugar, no renuncies a la verdad de tu vida: mujer y pecadora.

Lo eres. Lo sabe la gente en la ciudad, lo sabe el fariseo que rogaba a Jesús para que fuese a comer con él, lo sabe Jesús, y lo sabes tú también.

Lo que nadie sabe, si no es tu Señor y tú misma, es lo que llevas en el corazón, lo que has vivido en tu intimidad, nadie conoce tu secreto, lo que da razón de tus lágrimas, de tus cabellos sueltos y de esa unción con la que perfumas los pies de Jesús, lo que da razón de tu domingo, de tu eucaristía y de tu fiesta. Sólo tú sabes lo que has recibido de Cristo Jesús, sólo tú sabes por qué amas tanto a Cristo Jesús.

Hoy, en la celebración eucarística, volverás a oír palabras que recuerdan la gracia que viene a ti desde Dios: “Tomad y comed, porque esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros… Esta copa es la nueva alianza en mi Sangre: Tomad y bebed”. Tú sabes que el perdón por ti recibido tiene que ver con ese Cuerpo por ti entregado, con esa Sangre derramada para una alianza contigo. Tú no recibes sólo el perdón: recibes también al que te perdona, y a él ofreces el  humilde obsequio de tu hospitalidad.

Deja que el fariseo murmure y se escandalice. A ti, mujer y pecadora, se te ha concedido el perdón, el amor y la fiesta, un derroche de gozo, de lágrimas y de perfume.

«Levántate»

Levántate”:

Resucitados con Cristo.

levantateTe ensalzaré, Señor, porque me has librado”. Desde que el poeta lo escribió, hasta la comunidad que hoy lo hace suyo, han sido innumerables las voces que han entonado este salmo, y, detrás de cada voz, ha habido una gracia, una fe, un sentimiento que le dio a las palabras su sentido.

No pretendas escrutar el misterio que se revela a la viuda cuando el profeta le dice: “Tu hijo está vivo”: no podrías entrar en él. Y no podrás tampoco desvelar el sentido que, para aquellos creyentes, tiene su canto de alabanza, aun cuando el profeta, la viuda y el niño pronuncien al unísono un único salmo: a las mismas palabras dará un sentido único la experiencia de fe que cada uno haya vivido.

Deja ahora ese único salmo en los labios de la viuda de Naín, en los de su hijo devuelto a la vida, en los del gentío que, sobrecogido, glorifica a Dios que, en Jesús de Nazaret, ha visitado a su pueblo. Imagina la ternura que, con un “no llores” desciende sobre las lágrimas de una madre viuda cuyo único hijo llevan a enterrar; imagina la autoridad del mandato de Jesús, “levántate”, autoridad tan divina que hasta los muertos se someten a ella; imagina lo que pasa por el corazón de la madre cuando, de Jesús, recibe vivo al hijo a quien lloraba muerto. Únete a su canto de alabanza –“te ensalzaré, Señor, porque me has librado”-, y llena esas palabras con el sentido que les daría tu propio corazón. Únete a su canto, pues es grande la gracia que los ha visitado; pero no dejes de invitarlos a que se unan al tuyo, pues aquella gracia suya era sólo figura lejana, anuncio profético de la que tú has recibido.

Hoy la fe hace tuyos la gracia y el canto. A la luz de la fe confiesas que eres tú quien en el bautismo bajaste con Cristo a la muerte y subiste a la vida con él; eres tú quien, en Cristo, has recorrido los caminos que llevan del llanto al consuelo, de la tristeza a la danza, del luto a la fiesta, de la esclavitud a la libertad; eres tú quien, comulgando con Cristo, comulgas hoy con la libertad, la fiesta, el consuelo, la vida. Y a la luz de la fe entonas tu salmo: “Te ensalzaré, Señor, porque me has librado”. Desde tu corazón, desde tu fe, desde la experiencia de tu Pascua con Cristo, las palabras de tu canto subirán envueltas en el misterio de vida, consuelo, fiesta y libertad que es Dios para ti.

Feliz encuentro con Cristo. Feliz Pascua con Cristo. Feliz domingo.

3º ENCUENTRO VIDA CONSAGRADA

3º ENCUENTRO DE VIDA CONSAGRADA EN LA DIÓCESIS DE TÁNGER

El sábado día 11 de Mayo, un gran número de miembros (55) de los diversas comunidades de Vida Consagrada de la Diócesis de Tánger tuvimos una hermosa Jornada en Asilah. Compartimos el júbilo del reencuentro, la oración, reflexión, almuerzo y Eucaristía.

Nuestro querido Obispo, se encuentra en España, sentimos su ausencia, pero nos acompañó su corazón a través de una bonita y reflexiva carta.

Para los ponentes de las charlas, que se desplazaron desde Madrid, fue un intenso fin de semana. Aprovechamos al máximo para que conocieran las distintas realidades y actividades que tiene la Iglesia en Tanger. El domingo por la mañana, acompañamos y compartimos con las Carmelitas.

Mª Luisa González Lería; religiosa de la Presentación. Nos hizo una hermosa exposición sobre: Calidad en la Vida Consagrada

Luis Alberto Gonzalo Díez, (Claretiano), Director de la revista Vida Consagrada. Nos habló de: Vivir con esperanza las limitaciones; el arte dela vida consagrada hoy.

Realmente fue una buena dosis de esperanza y gozo la que nos inyectaron.

Terminamos la Jornada con la Eucaristía, donde nos acompañaron los feligreses de la Parroquia de Asilah.

Doy inmensas gracias al Señor por la provechosa jornada que vivimos; pido al Espíritu Santo que cada día nos sintamos más unidos, esperanzados, jubilosos, en nuestra pequeña, humilde, hermosa Iglesia de Tanger.

María Rosa Clotet – Eclesiana
Delegada Vida Consagrada Diócesis Tanger
Tanger, 16, Mayo, 2013

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[button link="https://www.diocesistanger.org/wp-content/uploads/2013/05/Carta-de-M.-Agrelo-a-V-C-D-T-11.05.13.pdf%22] Carta M. Santiago Agrelo[/button]

 

[button link="https://www.diocesistanger.org/wp-content/uploads/2013/05/Charla-de-M.-Luisa-Gonzalez.pdf%22] Charla M. Luisa Gonzalez[/button]

 

[button link="https://www.diocesistanger.org/wp-content/uploads/2013/05/VIVIR-CON-ESPERANZA-LAS-LIMITACIONES-Asilah-11.05.2013.pdf%22] VIVIR CON ESPERANZA LAS LIMITACIONES[/button]

 

CORPUS CHRISTI

SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

CORPUS CHRISTI “Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, quien, con estos alimentos sagrados, ofrece el remedio de la inmortalidad y la prenda de la resurrección”. La liturgia del día remite a un sacramento que en mesa humilde ofrece al creyente manjares celestes.

 El banquete eucarístico:

¿Por qué hablamos de un banquete si en la eucaristía sólo vemos un poco de pan y una copa de vino? Hablamos de banquete, porque hablamos de Cristo, y Cristo es todo lo que Dios puede dar al hombre, y todo lo que nosotros pudiéramos desear si fuésemos capaces de desear según la generosidad de Dios. En este sacramento, “Cristo es nuestra comida”, el Hijo de Dios es nuestro alimento, el cielo está dispuesto sobre el mantel de nuestra mesa.

La revelación y la experiencia mística fueron dando nombre a los bienes que se nos ofrecen en esta mesa de Dios para su pueblo. Aquí “el hombre recibe pan de ángeles”, a los hijos de Dios se les da “un pan delicioso bajado del cielo, que colma de bienes a los hambrientos, y deja vacíos a los ricos”. Aquí el hombre recibe un alimento que es medicina de inmortalidad, prenda de la gloria futura: “El que coma de este pan, vivirá para siempre”.

Entonces, ¿por qué hablamos de pan y vino, si estamos hablando del cielo? Hablamos de pan y vino porque el Señor a quien recibimos, el que es para su pueblo resurrección y vida, la luz que nos ilumina y la gloria que esperamos, de un pan y una copa de vino quiso hacer, con una bendición agradecida, memoria verdadera de sí mismo, imagen real de su cuerpo entregado, de su sangre derramada.

Ésta es, Iglesia peregrina, la mesa de la divina caridad que te alimenta. En ella se te ofrece Cristo Jesús, el cual viene del amor que es Dios, es don del amor que Dios te tiene, es medida del amor con que Dios te ama. Tú, que lo recibes por la fe y la comunión, aprendiste a llamarle mi salvador, mi redentor, mi Señor, mi Dios, pues tu corazón sabe que todo eso quiso ser para ti el que te entregó su vida, como se entrega un pan que se come, como se entrega una copa de vino que se comparte.

“¡Oh sagrado banquete, en que Cristo es nuestra comida, se celebra al memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura!”

 Un sacramento que es memoria del Señor:

La Iglesia celebra la eucaristía según “una tradición que procede del Señor” y que sabemos inseparablemente unida a “la noche” en que lo “iban a entregar”. Aquella noche Jesús instituyó la memoria de su vida. No hizo un milagro para sorprendernos, ni nos dejó una herencia para enriquecernos. La memoria instituida fue sólo un pan repartido con acción de gracias, y una copa de vino compartida del mismo modo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros… Esta copa es la nueva alianza en mi sangre”.

Éste es el sacramento que se nos ha dado para que hagamos memoria de Jesús y proclamemos su muerte hasta que vuelva: “Haced esto en memoria mía”.

Ésta es la memoria de un amor extremo, que llevó al Hijo de Dios a hacerse para ti pan de vida y bebida de salvación: memoria de obediencia filial y súplica confiada; memoria de la santidad divina arrodillada a tus pies para lavarte; memoria del Señor hecho siervo de todos; memoria de una pobreza abrazada para enriquecerte con ella; memoria de una locura, que hizo de la tierra a Dios para hacerte a ti del cielo.

Ésta es la memoria de una encarnación, de un anonadamiento, de un descenso de Dios al abismo de nuestra morada, memoria de Dios hecho prójimo del hombre, buen samaritano de hombres malheridos y abandonados, buen pastor que da la vida por sus ovejas.

Ésta es la memoria de un nacimiento en humildad y pobreza, memoria de un hijo envuelto en pañales y acostado en un pesebre; ésta e la memoria de la salvación que se ha hecho cercana a los fieles, de la gloria que habita nuestra tierra, de un abrazo entre la misericordia y la fidelidad; ésta es la memoria de un beso entre la justicia y la paz.

Ésta es la memoria de la vida del Hijo de Dios hecho hombre, memoria de su palabra, de su mirada, de su poder, de su ternura, de sus comidas, de sus alegrías, de sus lágrimas. Ésta es la memoria de su muerte y de su resurrección, de su servicio y de su ofrenda. Ésta es la memoria del cielo que esperamos. Ésta es la memoria del Señor.

 Comieron todos y se saciaron:

Así dice el evangelio que se proclama este día en tu celebración eucarística: “Comieron todos y se saciaron”. Habrá muchos que se queden distraídos en lo que aquel hecho pudo tener de asombroso, de increíble, de imposible. Tú sabes, por experiencia de fe, lo que tuvo de anticipación de la eucaristía que celebras. Los panes que aquellos cinco mil comieron, eran apenas sombra del pan eucarístico que alimenta a los innumerables hijos de Dos.

No hace falta, Iglesia amada del Señor, que nadie te lo explique, porque tú misma lo ves: En tu celebración nos alimentamos de Cristo, pan único y partido, con el que alimenta a su pueblo el Padre del cielo. Comemos todos por la fe. Y nos saciamos, porque es a Cristo a quien recibimos, y él es para nosotros el cielo que esperamos.

Comieron… se saciaron… y cogieron las sobras”. Si la eucaristía es un pan para todos, necesariamente ha de sobrar, pues de ese único pan, del que comen los que creen, han de poder comer quienes todavía no lo han conocido. Lo más sorprendente en el relato de la multiplicación de los panes, no es que muchos hubiesen comido con poco, sino que hubiese sobrado para que comiesen todos los que no participaron de la comida.

Algunos piensan que los creyentes vamos por el mundo con la idea triste de ganar prosélitos. Un día sabrán que sólo vamos ofreciendo pan, un pan del cielo, que contiene en sí todo deleite.

 Un misterio de plenitud y gratuidad:

Dicho sencillamente: Todo se nos da con Cristo, todo se nos da por gracia. Y no habría más que añadir. Se nos pide que recibamos lo que por gracia se nos ofrece.

Al comenzar la existencia, cada uno de nosotros ha vivido en el seno de la propia madre un entrañable misterio de plenitud y de gratuidad. Allí recibimos todo lo que necesitábamos para ser en cada momento, para abrirnos al futuro, para desarrollar nuestras posibilidades. Allí, si no hemos sido muy desafortunados, todo se nos ha dado con amor y todo ha sido para nosotros puro regalo.

Algo parecido vive el creyente que celebra la eucaristía: Todo lo recibe, todo se le regala. Ahora bien, por la fe, conocemos el don que se nos hace; por eso no sólo recibimos, también agradecemos, contemplamos, saboreamos, imitamos y amamos: ¡Aprendemos a dar, como Cristo Jesús, el pan de nuestra vida! ¡Todo por nada!

Feliz domingo.

+ Fr. Santiago Agrelo Martínez

SANTÍSIMA TRINIDAD

trinidNo dejes que la especulación impida la contemplación. Goza de lo que se te revela, celebra lo que tu fe confiesa, entra en la intimidad de Dios, quédate allí como hijo, y ama con el amor con que eres amado.

La liturgia eucarística de este día comienza con una bendición: “Bendito sea Dios Padre, y su Hijo Unigénito, y el Espíritu Santo”. Y al señalar la causa por la que la Iglesia bendice, dices: “Porque ha tenido misericordia de nosotros”.

Es éste un gran misterio. El salmista lo expresó así desde su fe: “¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder?”

La pregunta llega impregnada de humildad. No se hace porque hayamos visto a Dios y medido el abismo que nos separa de él; la hacemos desde la pequeñez de nuestro ser, experimentada al contemplar el cielo, “obra de sus dedos”, al admirar la luna y las estrellas, creación de su divino poder.

La respuesta, impregnada de asombro, va desgranando en la conciencia del creyente los artículos de una confesión de fe: “Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos”. Vienen a la memoria las palabras del Génesis: “Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. El creyente intuye una relación profunda entre él y su Dios, relación en la que es esencial la dimensión de pertenencia a la tierra, la finitud de toda criatura, y también la dimensión de pertenencia a Dios, de inefable semejanza con él, una semejanza revelada en palabras que apenas aciertan a evocarla: ‘gloria’, ‘dignidad’, ‘imagen’. Con el salmista confiesas: “Lo coronaste de gloria y dignidad”. Y con la asamblea bendices, diciendo: “Porque ha tenido misericordia de nosotros”.

Acércate ahora a ese misterio evocándolo con palabras del apóstol: “Hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios por medio de Cristo”. Mientras confiesas lo que has recibido, vas repitiendo el estribillo de tu agradecimiento: “Porque es eterna su misericordia”. Nos gloriamos en la esperanza de la gloria de los hijos de Dios, “porque es eterna su misericordia”. Nos gloriamos en las tribulaciones, “porque es eterna su misericordia”. Y luego el apóstol añade: “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado”. Y tú, que lo escuchas, aprendes que la misericordia de Dios te habita: El Espíritu Santo te ha ungido, he venido sobre ti, se ha quedado contigo, ha puesto en ti su casa, eres su templo santo.

El misterio que hoy celebras es de Dios y es tuyo, pues Dios Padre es tu Padre, en Dios Hijo eres hijo de Dios, y el Espíritu que ha sido enviado a tu corazón, y que clama: Abba (Padre), es el Espíritu Santo de Dios. En verdad, para siempre ha de ser tu bendición, pues para siempre es la misericordia que se te ha hecho.

Ya has entrado por la fe en la intimidad de Dios. No dejes sin embargo de entrar también por el signo sacramental. Tu comunión es con el Hijo de Dios. El sacramento te lo dice con su fuerza reveladora: Somos uno con el Hijo de Dios, él en nosotros, nosotros en él, hijos en el Hijo, llevando todos en el corazón el único Espíritu del Hijo de Dios.

Ya sólo me queda pedirte: Quédate allí como hijo, y ama con el amor con que eres amado. Sólo si te quedas, amarás; sólo si te quedas, te darás; sólo si te quedas, serás también de tus hermanos.

Feliz día de la Santísima Trinidad. Feliz memoria de tu vida en Dios. Feliz camino desde Dios a los pobres.